viernes, 7 de noviembre de 2008

Antes de partir a tierras Incas

Laguna de Crooked Tree. Me dicen que es Doñana y me lo creo...

Después de terminar con la liberación de los halcones esta temporada, Chris, Ana y yo hicimos un pequeño viaje por el norte de Belice. Nos alojamos primeramente en el Crooked Tree Lodge, a la orilla del sistema lagunar. Aunque no es la mejor fecha para ver aves (es mejor en la estación seca, cuando las aves se concentran en las charcas), vimos muchísimas... este es un lugar que no hay que perderse si se visita Belice, y el nuevo hotel donde nos alojamos en una de las cabañas es de lo mejorcito, muy recomendable.


La Garcita Verdosa (Butorides virescens) y la Aguililla Caminera (Buteo Magnirostris), dos de las aves más fáciles de ver (y fotografiar) en Crooked Tree

No muy lejos se encuentran las ruinas mayas de Lamanai, a las cuales se puede acceder tanto por carretera como en bote, pero si queremos llegar a primera hora y evitar a los escandalosos turistas y las horas de más calor, es más conveniente ir en coche. Sin ser muy populares, estas ruinas están bien conservadas y amparan a una gran cantidad de fauna.

Los superespecialistas en halcones relajandose un poquito

Tuvimos un encuentro con un grupo de monos aulladores negros (
Alouatta pigra), que nos recibieron con lanzamiento de sus propias heces y orinandonos encima. Encantadores animalillos.

Mono Aullador preparandose para tirarnos un mojón

Nos despedimos con pena de nuestros anfitriones, Angie y Mick, que nos han cuidado y alimentado a conciencia (los desayunos inolvidables... que manera de comer!) y salimos rumbo a Cayo Ambergris o San Pedro, como es más conocida esta pequeña isla. No se puede negar que San Pedro es un auténtico desastre. Crecimiento urbanístico descontrolado, pobre gestión de los residuos, calles repletas de ruidosos cochecitos de golf conducidos por borrachos.... en un muy reducido espacio, hacen que nuestra estancia no sea del todo agradable. A pesar de todo pudimos disfrutar de las cualidades de la isla, que también son muchas: Arrecife de coral y reserva nacional a diez minutos en bote, embarcaderos para lanzarse al agua cálida y cristalina y paseos que componen una buena introducción a la avifauna caribeña.

Las Pequeñas islas o cayos cubren el Caribe en nuestro vuelo en avioneta a Ambergris. Un lujo para la vista.

Charran Real en plumaje invernal (Sterna maxima)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yeray, hasta hoy no me había acordado de volver a retomar la lectura y agraciar la vista con estas preciosas imágenes,que suerte tiene que ser poder hacer estos recorridos (desde lo agradable), que lo de los monos no me ha gustado , pero son gajes del oficio si les molestas,ellos te molestan.No nos olvides y acuerdate de los que (de momento)no podemos visitar esos lugares.Besos

Gatto999 dijo...

Great shots !...
Ciao from Italy
:)