viernes, 13 de julio de 2007

No todo podía ser bueno

Hemos tenido unos días algo durillos esta semana con los halcones. Para empezar hemos pasado de tener un solo halcón volando a tener cinco. A una de las halconas hemos tenido que cogerla del suelo y ponerla de nuevo en el hack box dos veces. Además, el único macho liberado no nos ha salido muy listo que digamos. El lunes hizo su primer vuelo, bastante decente, pero estuvo casi tres días sin comer. Para mejorar la cosa la halcona anillada "AC" hizo su primer vuelo y se quedó toda la noche en un árbol seco perfectamente situada para que se la llevara un búho por delante. Intentamos acampar esa noche cerca del “hack site” para amedrentar a los posibles intrusos con nuestra presencia, pero empezó a llover a mares... Resultado: todos caladitos, con frío y retirada. La única que aguantó el tirón fue Marta, que volvió y se quedó en vela toda la noche vigilando a "AC". Así que a la mañana siguiente, esto es el miércoles, los ánimos no estaban en su mejor momento. La lluvia era omnipresente, y la verdad es que estábamos bastante cansados y preocupados por el macho que todavía no había ido a comer.

Por mi parte, bastante tenía con vigilar a "AC", posada en su rama miserable de la cual no se había movido en toda la noche, con un poncho de plástico impermeable (o eso decía en la etiqueta correspondiente) y aguantando el chaparrón. Hallábame yo en esta tesitura cuando dejó de llover. "Qué bien", me dije yo. En ese mismo instante, como leyéndome el pensamiento, hicieron su aparición unos mosquitos diminutos. Para ser más exacto hicieron su aparición millones de mosquitos diminutos, ansiosos por probar tan delicada y tersa piel, como es la mía. Mientras tanto "AC", impasible, observaba sin parecer compadecerse demasiado de mí. Después de una angustiosa hora, que se me antojó eterna, desaparecieron los mosquitos. Por qué, os preguntareis. Bien, porque era el turno de unos escarabajos, también diminutos, que no pican pero que son tan molestos o más porque se dedican a pegarse a ti y a corretear todo el cuerpo sin motivo aparente. No hay por qué preocuparse, después de un tiempo por estos lares sabes perfectamente que el ataque de los escarabajos solo dura una hora: desde las 6 hasta las 7 de la mañana, como un reloj. Estos escarabajos dan la vez a las auténticas, las únicas, las temibles... "Black flies". Detrás de este funesto nombre no se esconde otra cosa más que unas moscas diminutas (pero no tanto como los mosquitos o los escarabajos) en apariencia pacíficas. No pican, no te corretean, pero tienen el ligeramente incómodo capricho de morder y chupar la sangre de sus víctimas.

Una "Black fly" se nutre a través de mi ya maltratada piel

Así que allí estaba yo, con una mano sujetando los prismáticos y con la otra rascándome las picaduras de los mosquitos y sacudiéndome las black flies que me revoloteaban. Fue entonces cuando noté un escozor penetrante en mi pierna izquierda y nada más mirar a mis pies caí en la cuenta de que unas hormigas rojas (antojaronseme cientos) habían llegado hasta mis rodillas y continuaban, impertérritas, su singladura hacía zonas más altas y más nobles. Cuando empecé a sacudirme las piernas y a moverlas espasmódicamente las hormigas parecieron entrar en frenesí y comenzaron, de manera voraginosa, a morderme y lanzarme ácido fórmico. Cegado por el dolor y temiendo un shock anafiláctico hiperagudo, empecé a sacudirme enérgicamente al tiempo que me quitaba el pantalón, ya que una gran parte de las hormigas, las más venturosas, se habían introducido dentro del mismo. Craso error, este es el momento que las Black flies estaban esperando para someter mis tiernas extremidades posteriores a sus implacables mandíbulas y robarme parte de mi preciado fluido vital.

Baste decir que una precipitada carrera de vuelta al hack site fue suficiente para deshacerme de estas crueles criaturas. Después de todo…no fue tan terrible.

Hace dos días descubrí dos nuevas formas de terror artrópodo. Una de ellas, las termitas aladas que llenan el cielo después de las fuertes lluvias. Se posan en cualquier lado (por supuesto no discriminan a nada ni a nadie) y tienen la desagradable costumbre de perder las alas y corretearte. La otra se trata de unas moscas mínimas, que me recuerdan a las terribles midges a las cuales tuve el “placer” de conocer en las Highlands escocesas. Estas moscas no pican, no muerden, no corretean ni despiden ácido. Únicamente intentan, por todos los medios, introducirse en cualquier orificio corporal a su alcance.

Dejaremos de lado por esta vez a los macroinvertebrados, léase tarántulas o escorpiones, con los cuales de momento solo ha habido encuentros “amistosos”.

Sin embargo, no solo hay insectos molestos. De vez en cuando te encuentras algunos bichos fascinantes. Todo tipo de escarabajos, insectos palo, saltamontes, mantis, etc.

De todos estos se lleva la palma el siguiente espécimen, el ser vivo más… RARO que he visto nunca y que paso a presentaros a continuación.

Preparados, listos…

En este momento estaréis pensando: ¡PERO…QUÉ…ES…ESTO!

Os juro que se movía, caminaba e incluso dio un corto y torpe vuelo. Intentaré averiguar el nombre de este insecto alienígeno para revelarlo en siguientes entregas.

sábado, 7 de julio de 2007

Y por fin los halcones

Nuestra primera halcona en volar, guapísima, con su emisor y su anilla (lo siento Miguel, de momento ninguna para tí)

El Peregrine Fund lleva trabajando bastantes años ya con el Halcón Pechinaranja (Falco deiroleucus), una especie escasa, de distribución muy fragmentada en Centroamérica. En este caso están tratando de reforzar la población existente en Belize con individuos criados en cautividad.

Este año se van a introducir 6 halcones de diferentes edades. Cuando llegaron desde USA en avión privado a Belize, hace casi dos semanas, tenían edades comprendidas entre los 20 y los 40 días.

Los tres halcones en el "hack box" (el digiscoping no es lo mio).

Ahora mismo ya hemos liberado a tres en un hacking (esto viene a ser una especie de nido artificial) y parece que lo están haciendo bastante bien. Se sienten cómodos en él, y la primera halcona en volar vuelve para comer y siempre duerme cerca. Ayer tuvimos un pequeño problema. Una hembra adulta de Halcón pechinaranja, se apróximo al hack site y dió varias pasadas muy cerca de nuestra halcona, incluso llegando a golpearle. Sin embargo parece que se defendió bien, así que... Hoy no hemos vuelto a ver a esta visitante. Probablemente se trate de la hembra de una pareja recientemente establecida, y a la cual todavía no se había localizado, así que por ese lado es una buena noticia.

La visitante, arriba, y nuestra halcona, haciendo lo que puede, abajo.

En cuanto a los otros tres, todavía muy pequeños para llevarlos al hacking (aunque no les queda mucho), los hemos estado alimentando en casa. Dieta: codorniz exclusivamente, traida expresamente de Panamá.

Los tres polluelos con sus "Dummy transmitters"

Así que el trabajo diario consiste en dar de comer a las tres pequeñas bestias, tres veces al día y vigilar todas las horas de luz el hacking con los otros tres halcones. Para ello estamos tres personas: Marta, que trabaja para el fondo peregrino en Panamá, y Erin y yo, que somos voluntarios.

Si alguien tiene interés en saber algo más del proyecto del Peregrine Fund, aquí está este enlace:

http://www.peregrinefund.org/conserve_category.asp?category=Orange-breasted%20Falcon%20Project

¿A qué son chulos?

Y de momento nada más. Según vayan progresando los bichos iré metiendo cosas en el blog.