No recuerdo quien me dijo una vez que vivíamos en la era de los envases. Si echamos un vistazo dentro de la nevera, así parece ser, aunque creo que sería más acertado decir que, al igual que tuvimos la Edad de Piedra, la Edad de Bronce y La Edad de Hierro, ahora vivimos en la Edad del Petróleo.
El petróleo es, nadie lo duda, la moneda de cambio hoy en día. Es el recurso por el cual todos luchan, por el cual se originan los conflictos y se planifican las guerras. Es el aceite que engrasa la maquinaria del Mercado y es el Mercado al mismo tiempo. Ha transformado nuestras vidas, desde el acto cotidiano más simple hasta los grandes vuelos intercontinentales. Está en nuestro plato, en nuestras casas y en nuestros trabajos. Ha traído comodidades jamás imaginadas al tiempo que nos ha hecho esclavos de su pegajosa y oscura esencia.
El petróleo es, nadie lo duda, la moneda de cambio hoy en día. Es el recurso por el cual todos luchan, por el cual se originan los conflictos y se planifican las guerras. Es el aceite que engrasa la maquinaria del Mercado y es el Mercado al mismo tiempo. Ha transformado nuestras vidas, desde el acto cotidiano más simple hasta los grandes vuelos intercontinentales. Está en nuestro plato, en nuestras casas y en nuestros trabajos. Ha traído comodidades jamás imaginadas al tiempo que nos ha hecho esclavos de su pegajosa y oscura esencia.
En el documental "The Age of Stupid" (el cual recomiendo) van más lejos. Proclaman los autores que estamos en plena Edad de la Estupidez. Si muchas de las predicciones realizadas por la ciencia son ciertas, nos aproximamos a una crisis ambiental a nivel planetario cuyas consecuencias son incalculables. El origen: nuestra dependencia absoluta y total al oro negro. La principal amenaza: convertirnos en una especie auténticamente suicida. O mejor dicho, una especie auténticamente estúpida.
La fragilidad del mecanismo que sostiene a nuestra civilización occidental (cada vez más global y menos occidental) ha quedado patente durante la crisis económica que estamos viviendo. Si nuestro castillo de naipes tiembla cuando los especuladores y usureros abusan de los entresijos del sistema, no quiero ni imaginar lo que puede pasar cuando se derrumben algunos de los más fundamentales cimientos que nos sostienen.
Aún hay tiempo para el cambio. Sesudos científicos aseguran que el cambio climático es reversible si conseguimos enderezar el rumbo antes del 2015. Sin embargo he de reconocer que cuando leo algunos comentarios sobre este y otros temas relacionados en periódicos, foros de internet y demás medios escritos, me pregunto si no sería mejor dejarlo estar y apretar de una vez por todas el botón rojo.
La fragilidad del mecanismo que sostiene a nuestra civilización occidental (cada vez más global y menos occidental) ha quedado patente durante la crisis económica que estamos viviendo. Si nuestro castillo de naipes tiembla cuando los especuladores y usureros abusan de los entresijos del sistema, no quiero ni imaginar lo que puede pasar cuando se derrumben algunos de los más fundamentales cimientos que nos sostienen.
Aún hay tiempo para el cambio. Sesudos científicos aseguran que el cambio climático es reversible si conseguimos enderezar el rumbo antes del 2015. Sin embargo he de reconocer que cuando leo algunos comentarios sobre este y otros temas relacionados en periódicos, foros de internet y demás medios escritos, me pregunto si no sería mejor dejarlo estar y apretar de una vez por todas el botón rojo.
1 comentario:
.....convertirnos en una especie estupida???... pero si ya hace tiempo que lo somos.Me sorprende este optimismo en tí yeray.
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