El viaje a Perú fue largamente pensado, pero no planificado con demasiado tiempo. Apenas un mes antes de ir, Ana, Juanjo y yo decidimos que nos embarcaríamos en un ambicioso viaje cubriendo la ciudad, el desierto, la costa, la montaña y la selva de Perú. Sin embargo nos salió redondo, y como no iba a salir bien con la buena gente que nos ayudó y nos acogió desde el principio, la que conocimos después y teniendo un gigantesco y diverso país por explorar. De hecho, los 19 días que empleamos para el viaje se nos hicieron cortos, cortísimos. Hubiéramos necesitado al menos dos semanas más para disfrutar a conciencia de la pequeña región que visitamos, pero nos llevamos un buen recuerdo y unas ganas enormes de volver.
Y es que, poquita gente tendrá la oportunidad de contar con un guía como Eric. Estaba entregado a cubrir nuestras más altas expectativas. Nos recogió en el aeropuerto, incluyendo a Juanjo, que llegó a las seis de la mañana del día 1 de Octubre, el muy desconsiderado. Poco después de comprar comida para desayunar y realizar unos transacciones monetarias, ya estábamos viendo pájaros en los Pantanos de Villa. Una zona húmeda muy interesante en la misma circunscripción de la ciudad de Lima. Después de un paseo por la playa disfrutamos de un paseo por el casco antiguo de la ciudad, comimos un excelente cebiche y empleamos el resto de la tarde en pasear y hacer compras para nuestro viaje.
La ciudad de Lima es tremenda, en todos los sentidos que podamos atribuir a esta palabra. Es tremendamente grande, tremendamente bulliciosa, poblada (más de ocho millones de habitantes), pobre, anárquica, rica en sensaciones y matices. Amantes del deporte de riesgo, olvídense del puenting, rafting, rapeling... Tomen un taxi en Lima y den una vuelta por la ciudad. Es barato pero igual de intenso que deslizarse por una pared vertical en una fina cuerda a 200 metros de altura. O más.
Al día siguiente Eric decidió que teníamos que ver las Lomas de Lachay. Un ecosistema único, el de las lomas, que se nutre de la humedad condensada que proviene del pacífico. Esta humedad la recogen unas laderas de no demasiada elevación y suave pendiente y es transformada en una vegetación de carácter puramente estacional y la cual tuvimos la suerte de disfrutar ya que llegamos en el momento de floración y máxima exuberancia de este singular paisaje. Como siempre, las fotos no hacen justicia, porque el lugar es una auténtica tierra de hadas. Por la noche buena cena con Anticucho (corazón de ternera) y Pisco (Aguardiente de vino), y lo más importante, nuevo reencuentro con Anita, que junto con Eric fueron los mejores anfitriones que podíamos tener.
Junto con ellos y con sus alumnos del Diplomado de Gestión de Biodiversidad de la Universidad de Lima, visitamos también el parque nacional de Paracas, una reserva costera y marítima, la única de Perú, que alberga a una ingente cantidad de fauna, en especial aves y lobos marinos. Esta diversidad de especies es posible gracias a la Corriente de Humboldt, una corriente de aguas frías que proviene del Océano Antártico que arrastra una enorme cantidad de plancton y que sostiene a una impresionante cadena trófica. Destacan los Piqueros Peruanos (Sula variegata), Cormoranes Guanay (Leucocarbo bouganvillii) y el cada vez más escaso Pingüino de Humboldt (Spheniscus humboldti).
La visita en lancha a las Islas Ballestas constituyó uno de esos momentos en los que uno siente que está viviendo algo muy especial. Hay algo en las enormes colonias de aves marinas que te envuelve y te hace retroceder a tiempos pretéritos, cuando probablemente la misma costa estaba habitada por seres prehistóricos que luchaban en la guerra por la perpetuación, al igual que lo hacen ahora los piqueros, pingüinos y pelícanos… Los sonidos guturales de los lobos marinos, el movimiento envolvente de bandos de cormoranes sobrevolando el bote, los piqueros golpeando en picado la superficie del océano a pocos metros ¡el olor y hasta el tacto del guano (el bote fue bombardeado en unas cuantas ocasiones)! Un mar de sensaciones que te sobrecogen de manera parecida, da igual que sea en las Islas Orkney en Escocia, en Puerto Deseado en Argentina o aquí en Paracas. Algún día Galápagos...
Después de estos pocos pero muy intensos días nos despedimos de Anita y Eric hasta que regresemos a Lima al final de nuestro viaje. Para entonces habremos vuelto con tantas imágenes en nuestra retina y emociones en nuestras mochilas... pero el desierto aguarda. Dentro de unas diez horas, al amanecer, después de atravesar más de seiscientos kilómetros de arena y guijarros, estaremos llegando a Arequipa, la Ciudad Blanca. Nos esperan la montaña y el legítimo regente de los picos de Los Andes con su vuelo cicleante.
8 comentarios:
Que Lindas fotos mi estimado canario!!! y que envidia, al parecer por cuestiones de burocracia de politicas exteriores entre mia pais y el pais hermano del Perú, no podré ir pronto....
yeriiiiiiiiii!!!!!!!
Gracias una vez más por compartir un cachito de tu vida con nosotros. A ver si te vemos pronto, que el estrecho te empieza a echar de menos. un fuerte abrazo
Cavas
Pero Cavas... donde está tu sarcasmo, tus comentarios picantes... tu mala leche. Que tanta ternura me va a dejar el blog almibarado!
El Cavas está ultimamente mu amariconao,esto de la paternidad no le ha sentado bien.
Yeray a ver cuando cuelgas la 2ª parte de Perú que la espero con ganas... Aprovecha el "descanso" pa actualizar y contenta a tus seguidores.
Abrazo fuerte como los teletubbies!
Fernando.
¡Qué bonito Yeray! Me encantan las fotos. Me dijo Pablo que habías estado malito, espero que estés mejor. Que sepas que le envío tu blog a todos los ecólogos del grupo, nosotros de La Gomera y Gran Canaria no salimos últimamente. ¡Muchos besos!
Hola, soy Isabel, compañera de departamento de Lea, la verdad es que no exageraba cuando nos habló de tu blog. Has estado en unos lugares increíbles,las fotos me encantan.Espero que sigas disfrutando de ese trabajo tan apasionante que tienes.Mucha suerte
Buenas yeri!!!
Espero que tu enesima crusadita de xarco haya ido bien. Por cierto, has pensado en dedicarte a la literatura... no es coña. Enhorabuena y que recuerdos...
Por cierto, Saludos a toda la peña Tarifeña, Felicidades Cavas por tu paternidad...
Besos, Juanjo
Pues como siempre muchas gracias por los comentarios. Me está costando subir la crónica completa del viaje a Perú, pero es que fueron muchas las experiencias y muchas las fotos para revisar.
Lea, Isabel... La Gomera tampoco está tan mal, eh! Me da bastante vergüenza decir que después de haber estado en Perú, Panamá, etc. todavía no he estado allá. ¡A ver si me lleváis un día de estos!
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